Miles de personas se juntaron para participar en la Marcha del Orgullo LGTB de Jerusalén, entre un amplio despliegue policial y con las fuerzas de seguridad en alerta máxima tras amenazas de muerte contra los organizadores.
En medio de un dispositivo formado por unos 2.400 agentes, los congregados recorrieron algunas calles céntricas de Jerusalén Oeste enarbolando banderas arcoíris, al ritmo de la música y coreando cánticos reivindicativos para los derechos de la comunidad LGTB.
Esta vive una realidad más bien hostil en la Ciudad Santa, donde impera un alto nivel de conservadurismo por la amplia presencia de grupos ultrarreligiosos, tradicionalistas o de extrema derecha.
«Vine a participar en la marcha para defender los derechos de los gais en Israel, para el amor libre y la liberación», dijo a Yonni Kipling, que vino de Tel Aviv para tomar parte en el desfile.
Agregó que el ambiente «fue muy agradable pese a las amenazas» contra la organización durante los días anteriores.
Horas antes del inicio de la marcha, la Policía cerró los accesos a la calles por donde debía pasar el desfile, que rodeó con vallas, cerrando el paso a peatones y vehículos.
«La Marcha del Orgullo y la Tolerancia de Jerusalén» se celebra desde 2002.
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Con información de medios internacionales
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