Actualmente, los adolescentes tienen más acceso a la información, pero aún existe poca conciencia sobre los peligros de contraer enfermedades de transmisión sexual en prácticas que no se consideran sexuales, como el sexo oral.
Sandra Magirena, Ginecóloga y Sexóloga argentina, plantea que hay que educar sexualmente con base en conocimientos claros y sin rodeos, desde la afectividad, con amor y respeto.
“Hay que entender que la sexualidad es una función que tenemos los humanos, que nos permite la conexión con el placer y la afectividad, por lo tanto es algo que debería estar presente, aun desde pequeños”, expone. Un comienzo, por ejemplo, podría ser llamar a los genitales por su nombre.
Para la especialista, cuanto más acceso a la información tengan, mejor preparados estarán a la hora de consentir o decir no, y en consecuencia disfrutarían más y tendrán menos riesgos.
Es clave brindar conocimiento sobre prevención de embarazos e infecciones de transmisión sexual antes de llegar a la adolescencia. Desmitificar, que comprendan que son los anticonceptivos hormonales y DIUs.
Magirena recomienda realizar la correspondiente consulta al ginecólogo o pediatra en etapas tempranas del desarrollo puberal, y recordar que todo adolescente que inicia su actividad sexual debe estar informado.
“En sexualidad no hay géneros ni normas, hay disfrute, consensos y consentimiento” o no, resume.
Algunos consejos para que los adolescentes tengan una sexualidad plena, según esta experta
- Autoexploración: En primer lugar, y lo más importante, es el reconocimiento del propio mapa erótico. Darse tiempo, conocer el cuerpo, explorarlo, reconocerlo. Estimularse y erotizarse a partir de la masturbación en soledad es la piedra angular o fundamental.
- Prestar atención: Si en el proceso de autoexploración, hay alguna dificultad o dolor, hay que consultar con el médico o doctora de confianza para poder hacer diagnósticos tempranos con mejores resultados. Por ejemplo, cuando hay dolor o imposibilidad de colocar el dedo dentro de la vagina, podría tratarse de algún problema anatómico, pero también puede ser un espasmo de los músculos del piso pélvico, que es muy importante resolver en la adolescencia.
- No hay apuro: No hay momento correcto para comenzar a tener relaciones, es una experiencia diferente para cada adolescente.
- Consultar las dudas: Es fundamental que puedan hablar con un adulto de confianza sobre todas las incertidumbres o miedos que tengan.
Los momentos previos a las relaciones deben ser de disfrute y placer
“La presión sobre los adolescentes para tener relaciones sexuales es enorme. Ansiedades propias, del entorno, miedos, dudas, rendimiento, distintos factores entran en juego al momento del encuentro con otro”, explica Sandra Magirena.
“Incluso, en la gran mayoría de los casos, el exceso de información no acompañada de conocimiento, sumado al consumo de pornografía, puede ser un elemento crucial en el disconfort sexual. Otro ejemplo de insatisfacción, relativo a diferentes edades: se pueden centrar, quizás más, en que la erección falla o no se sostiene, como si esto fuese un problema a resolver solo con una pastilla, sin detenerse a observar el nivel de ansiedad anticipatoria al momento del encuentro sexual, que debe ser un espacio de disfrute y placer” afirmó la especialista en Ginecología y Sexología.
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PV
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