Jordan F. escribe para los lectores de ElDiario una estupenda crónica. Tan interesante y animada que nos motiva en Puro Vinotinto a compartir una parte de la misma, y es que nuestro ADN aprecia cómo suena y lo que transmite la agrupación invitada Bomba Estéreo, además de que reconocemos, somos fans, de la buena organización que caracteriza a Cusica. Gracias colegas por su memorable reseña, y disculpen el atrevimiento:
Naturaleza en neones
Para el gran cierre del festival (Cusica Fest; y luego de variadas emociones), solo faltaba Bomba Estéreo. La tarima principal se convirtió en una selva llena de flores. Un haz de luz en el centro parece el rayo de una nave espacial que envuelve a la vocalista Li Saumet. En cualquier momento parecía a punto de levitar entre sonidos ancestrales. Bajo el efecto de las luces todo cobraba un aspecto alienígena, aunque en realidad Saumet era todo un avatar de la naturaleza. Con flores en su cabello y escupiendo pétalos mientras su voz era el silbido de cientos de aves y en sus brazos alas de colores.
Toda su presentación fue un ritual mágico que convocó antiguos espíritus. Su estilo, una mezcla de sonidos folclóricos colombianos y afrocaribeños con hip hop y techno. Una armonía entre el ritmo de los tambores y los beats crudos. Las luces son ahora lásers verdes que rodean a Saumet como una jaula mientras canta “Pájaros”. Toda su puesta en escena es un espectáculo performático, inmersivo, como pocos se han visto en Venezuela en los últimos años. Con “Tierra”, se plantó contra la depredación del planeta por los intereses económicos, hablando con la voces de los indígenas, los activistas y toda la gente que lucha contra nuestra autodestrucción.
La noche siguió con temas como “Ahora”, “Me duele” y “Como lo pedí”, también le cantaron a la sanación interior. En otros como “Tamborero”, el percusionista Pancho Carnaval tomó el protagonismo para hacer retumbar los cueros del tambor en un ambiente surreal y futurista. La fiesta alcanzó su pico de energía con su éxito “Soy yo”, mientras que con “Fuego” concluyeron su ritual con el último elemento, ardiendo con Saumet brincando por el escenario y consagrando una vela.
El verdadero cierre llegó con “Ojitos lindos”, tema que desde el trompetazo inicial hizo estallar en euforia al público, que se repartió entre quienes grababan el momento, y quienes lo vivían a gritos. Las partes de Bad Bunny acompañaban a Saumet desde los parlantes, invitando a quienes cerraran los ojos a soñar con el día en que el ídolo puertorriqueño la cante de su propia voz en Caracas. Quizás sea una fantasía todavía bastante improbable, pero con el line up que durante esos dos días animó en el Cusica Fest a una generación tan ávida de buenos momentos, quizás valga la pena mantener la esperanza en el futuro.
PV
Un afectuoso y gran abrazo para todos !!!
