Este análisis y opinión de @SamuelAldrey lo consideramos oportuno y de gran valor, razón por la cual lo compartimos con ustedes.

Juan Arango ha sido clave en los éxitos de la Vinotinto, un futbolista que triunfó en cualquier equipo donde jugó y que aún es recordado con cariño en el Mallorca y en el Borussia Mönchengladbach, pero sobre todo en la selección de Venezuela. 

Por eso su abandono del fútbol y de la selección ha dejado un enorme hueco en la Vinotinto. Un vacío que aún ningún jugador ha podido llenar.

Al aficionado de la selección de Venezuela aún le cuesta digerir la despedida del ‘18’, la despedida al jugador venezolano más importante de todos los tiempos.

No se dice con soberbia, se dice incluso a través de opiniones de jerarquía, como la de Richard Páez, el hombre que lo dirigió en su mejor momento deportivo.

“El mayor homenaje que se le brindará a Juan Fernando Arango, como el futbolista venezolano más importante de nuestra corta historia, es que será inolvidable en la memoria y corazón de los Vinotintos hasta la eternidad. Mil gracias Juan, supercrack. GRACIAS POR TU EJEMPLO”, escribió Richard Paéz en su cuenta de Twitter el día del cumpleaños 43 de Arango.

¿Por qué es inolvidable? Porque Arango a veces podía parecer que no estaba, pero siempre aparecía en el momento oportuno para encender la luz e incluso rechazó al FC Barcelona.

Actualmente, la Vinotinto tiene un amplio surtido de jugadores de medio campo y volantes: Yeferson Soteldo, Darwin Machís, Jefferson Savarino, Juan Pablo Añor, Yerson Chacón y Jhon Murillo.

El problema es que ninguno de ellos ha tomado la antorcha de ser el jugador ofensivo que resuelve por sí solo un partido. Un jugador que rompa todo el esquema con un tiro libre, una jugada individual resolutiva e incluso la locura de lanzarse un disparo desde la media cancha cuando el equipo no da ni dos pases seguidos.

Esa era la categoría de Juan Arango y su eterna Zurda de Oro. La Vinotinto después de Arango no posee ese jugador diferencial. No se tienen jugadores capaces de protagonizar momentos que ayuden a masticar partidos complicados.

En este contexto, la Vinotinto echa de menos sobre todo a un futbolista que iluminaba toda esperanza venezolana al obtener una falta cerca del área o cuando buscaba su perfil de zurda.

Por supuesto, como todo, Juan Arango brillaba algunos días más y otros menos, pero todos se acuerdan del maracayero cuando constatan que nadie es capaz de llenar su hueco.

En estas eliminatorias de Qatar se escuchaba tras algunas jugadas como un murmullo: “Esa la metía Arango” e incluso la gente tuvo una especie de Dejá Vú cuando Eduard Bello metió el gol de tiro libre contra Ecuador, pero eso no ocurre con la frecuencia con que lo hacía Arango.

Arango se puso la camiseta de la vinotinto en 132 ocasiones, logrando 23 goles, en un período que duró desde su debut en 1999 hasta su sonado retiro en 2015. Ha sido uno de los más grandes de la historia de Venezuela y la afición siempre le ha mostrado su cariño.

En esos 132 partidos con la Vinotinto cuando el balón quemaba, Arango la pedía y mostraba el camino, único en el dominio de la relación espacio-tiempo.

Un ícono de nuestro fútbol que cumplió 42 años, pero que nunca será olvidado.

Una acefalia en el campo

La selección sin Arango también mostró cierta acefalia en el campo de juego en estas Eliminatorias a Qatar 2022, sin jugador que pidiera la pelota y transformara el rumbo del partido.

Una eliminatoria donde pasamos por tres técnicos, pandemia, fallecimiento de un presidente, elecciones, nueva gerencia y un largo etcétera.

Se dice con la pena, la rabia y con dolor de haber vivido esta interminable danza lúgubre que comenzó y terminó con derrota. Las caras al final de la eliminatoria fueron las sospechadas. Soteldo arrojó con rabia el balón al aire, pero saliendo con la frente en alta. No hubo catarsis en el vestuario ni habrá en unos cuantos años.

Porque todavía no hay equipo y tampoco se tiene un Juan Arango en la plantilla.

Lo que se viene

¿Qué puede pasar? Difícil predecirlo y menos en este momento. Impregnados por el impacto de una de las peores actuaciones de nuestro país en la historia de Conmebol.

Aunque, no hay que ser apocalípticos. Volver a repetir una eliminatoria tan nefasta es difícil. Más allá de los errores tácticos, funcionales o colectivos, preocupan otras cosas:

  • La escasa jerarquía internacional de los jugadores que vienen.
  • La falta de fuerza espiritual para remontar la adversidad.
  • La impotencia de cara al gol.

Ese camino ya tiene sus dos primeras paradas con dos amistosos: Arabia Saudita y Malta. 

Queda ver lo que José Pékerman pueda construir en el futuro: un equipo que pueda aspirar competir al mayor nivel posible y hallar dentro de ese grupo un ‘Capi’, un jugador que pueda llenar el vacío que dejó Juan Arango

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Escrito por Samuel Aldrey | @SamuelAldrey / Tomado de meridiano.net

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